martes, 25 de julio de 2017


Reflejo de una problemática social

moranfernando_90@live.com




Desde los albores de la humanidad, y a partir de aquel primer hombre, utilizara la violencia a manera de defensa personal, como parte de su instinto de supervivencia. Esta aterrizo en el aparato psíquico del ser humano; para posterior, propagarse a modo de metástasis y afianzarse en la cultural social de los pueblos. Las sociedades antiguas se caracterizaron por dar uso a la violencia, para: invadir territorios, levantar imperios, acumular riquezas, imponer ideologías.

“La violencia es el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en contra de uno mismo, otra persona, o en comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones físicas, daños psicológicos, o muerte” (OMS).

La violencia en la sociedad ecuatoriana, es una que lleva años arraigada en las entrañas de su población, producto de una derivación histórica de aquella “gran violencia” que padecieran los pueblos latinoamericanos a través de los siglos.

Entre todos los casos de violencia registrados en el Ecuador, existió uno en particular que sigue siendo tema de análisis para historiadores y psicólogos contemporáneos. El acto se ejecutó un 28 de enero de 1912 en Quito, donde una numerosa muchedumbre, cegada por la ira, agredió y asesinó a modo de un atroz espectáculo de hoguera bárbara, a un ilustre ciudadano, que por ironías de la vida, murió en manos, de aquella misma gente, por la cual trabajó y luchó toda su existencia: el Gral. Eloy Alfaro Delgado.

Aunque las estadísticas manejadas por el Ministerio del Interior (MDI) en los últimos años, muestran un principal aumento en casos de femicidos, abusos de menores, y violencia intrafamiliar. Lo cierto, es que también se han presentado hechos de violencia no aislados, que reflejan un grave problema social, que exige un verdadero espacio de análisis por parte del estado en general. Hechos que van más de allá de una simple agresión física o psicológica. Acciones que indignan, e inclusive, llegan a incomodar por la manera de quién las ejecuta, y cómo las realiza.

A pesar de que en el país, se ha avanzado mucho en materia legal, en cuanto a temas de violencia social se trata. La verdad es que aún falta trabajar bastante por desterrar, o controlar en la medida de lo posible, este mal. Buscar solución a esta enfermedad, es enfocar la mirada a las raíces de la sociedad: la familia.

(El Diario / Manabí)

viernes, 23 de junio de 2017

Delfín Sporting Club: Un “CETÁCEO” con hambre de Gloria



Jugadas hasta el momento 19 de las 22 fechas correspondientes al Campeonato Ecuatoriano de Fútbol, categoría Serie A. Las miradas de asombro, tanto de  propios y extraños, apuntan hacia el actual líder y protagonista del torneo nacional. 
Por esta ocasión, y después de muchos años (a modo muy particular) los tradicionales equipos del astillero (Barcelona S.C. y el C.S. Emelec) así como las conocidas escuadras deportivas del austro ecuatorial: Liga Deportiva Universitaria de Quito y el club deportivo El Nacional, no figuran dentro del portaestandarte del balompié profesional.
Con 41 puntos acumulados a su favor, y un estado de invicto, que ya provoca admiración y molestias a muchos equipos del torneo local. El vigente líder del torneo, es un equipo del cual nadie hubiera imaginado, ni mucho menos apostado, por una campaña más que eficiente y satisfactoria. Los réditos obtenidos hasta el momento, son resultado del esfuerzo y trabajo de toda una directiva, cuerpo técnico y plantilla de jugadores, los cuales han sabido, a través de ímpetu y humildad, sacar adelante a este joven equipo de raíces manabitas. Equipo que surgió de las profundidades de las costas de Manta. El ídolo de la Ciudad Puerto. El combatiente y valeroso, Delfín Sporting Club.

El origen y la historia del Delfín S.C. representa en gran medida, la época contemporánea del futbol profesional en la ciudad de Manta. El equipo “cetáceo” (anteriormente conocido como Club Deportivo 9 de Octubre) fue fundado un 1 de marzo de 1989. Desde sus inicios, el Delfín tuvo que trabajar mucho para poder ganarse un espacio en el corazón del hincha Mantense, y por ende, en el del aficionado Manabita. Para los años noventa, dentro de la provincia de Manabí, ya existían planteles de fútbol, de categoría profesional, con un gran legado histórico en cuanto a triunfos, títulos y referencias deportivas se trataba. La Liga Deportiva Universitaria de Portoviejo (L.D.U.P.)  y el Manta F.C. eran (y para muchos son) dos de los equipos con mayor relevancia dentro y fuera de la provincia. Sin embargo, y a pesar del peso deportivo e institucional que significaba competir frente a estas dos importantes escuadras. Delfín no bajo jamás los brazos ante ninguna circunstancia, más bien, y con el pasar del tiempo, lograría reunir y consolidar una fiel hinchada, que en algún instante llegaría a ser identificada y catalogada como la “Barra del Perro Muerto”.

Aunque su participación dentro la serie A  ha sido intermitente e irregular, desde su aparición, hasta la actualidad. El ansiado ascenso a la primera categoría, a partir del año 2016, le significó una restauración y recambio, tanto en el ámbito administrativo, deportivo, mental y colectivo. Para este 2017, y desde el primer partido disputado ante el equipo de River Plate. El Delfín S.C. ha iniciado con pie de lucha. Hambre de gloria. Compromiso de entrega, que no ha visto desfallecer su ideología de juego vistoso, defensivo y de presión. El “gas” no se les ha terminado a ninguno de sus jugadores, comentan, como tema de atracción, aficionados y expertos en materia futbolística. Es que este especial grupo de profesionales del balompié, parecieran que anduvieran más que “enteritos”, como juveniles de 20 años, dando sus primeros pininos, dentro del actuar profesional competitivo.

Fuente: El Diario / El “caudillo” de la zaga del Delfín S.C., el paraguayo Francisco Silva, celebra el gol de la victoria ante el equipo del Clan Juvenil, jugada la  décima tercera fecha del torneo.

Una de las cosas que aún sigue tomando por sorpresa, a hinchas, narradores, analistas  y comentaristas deportivos, es cómo logró, en tan corto tiempo, este modesto equipo de la costa manabita, de limitado presupuesto económico (a diferencia de los “grandes” de nuestro fútbol). El poder consolidar un grupo de futbolistas que reúne y llegan a exponer técnica, talento, gambetas, goles y espectáculo.
Ahora, si fijamos con detenimiento nuestra mirada, a la anterior interrogante, con el fin de encontrar una respuesta válida, de connotación objetiva. Lo más probable, es que nos pongamos frente a los protagonistas de esta sobresaliente actuación: Dirigentes, cuerpo técnico, y lo más esencial, plantilla de jugadores. 
Desde su principal dirigente, el presidente del equipo, el Eco. José Delgado. Pasando por su cuerpo técnico, encabezado por el charrúa, Guillermo Sanguinetti. Siguiendo por sus referentes en el campo de juego: Francisco Silva (Defensa), Matías Dufard (mediocampista), Carlos Garcés (delantero), hasta llegar a  nombrar al último de sus trabajadores en utilería. El Delfín S.C. ha podido fomentar las bases de un nuevo modelo deportivo de equipo. Donde cada quién, y desde su lugar de trabajo, aporta a que el equipo logre cosechar victorias, sumar puntos, y afianzarse aún más en el liderato del torneo.

Por otra parte, para su director técnico, el uruguayo Guillermo Sanguinetti. Lo hecho por el Delfín, hasta lo que va del torneo, no es algo improvisado. No es cuestión del azar “Esto ha sido producto de un arduo trabajo diario; que ha englobado entrenamientos, prácticas y un sinnúmero de estrategias. Para nosotros, cada partido que jugamos es una final, y lo tomamos con la debida responsabilidad del caso. En esto del fútbol, no existe ni equipo grande, ni equipo chico. Todos son difíciles y respetables rivales a vencer”.

A pocas fechas de culminar la primera etapa del campeonato, y con merecimientos de sobra, para salir victorioso en esta primera fase. El “equipo cetáceo” desde ya pone a ilusionar a todo un pueblo, que espera verlo por primera vez en su historia, el coronarse campeón del fútbol ecuatoriano. La excelente campaña realizada por el Delfín, hasta lo que va disputado el torneo, le ha hecho merecedor del orgullo y la confianza de esa otra parte del pueblo Mantense, que por ciertas razones, no lo llegó a tomar en cuenta durante mucho tiempo. Hasta ha provocado el llamado de nuevos hinchas y aficionados, quienes a manera de procesión religiosa, se acercan al estadio Jocay (fortín del Delfín), cada vez que este juega de local, con la única intención de poder verlo jugar, gustar y ganar.

Finalmente, y todo lo hecho hasta el momento por este joven equipo de mar, de estilizada aleta y sentidos muy desarrollados, no es tampoco algo por el cual deberíamos asombrarnos, de manera estratosférica. En una entrevista realizada a Diario el Comercio, durante junio de 2016, el ecuatoriano Fernando Carrión, sociólogo y analista de futbol, supo indicar que el futbol mundial actual, está viviendo y sufriendo una nueva revolución. Donde los protagonistas, son aquellos equipos de media tabla para abajo, de escasa hinchada, pero con algo muy en común: son escuadras deportivas, que andan necesitadas de “hambre y sed”. Que anhelan, desean y necesitan triunfos, títulos y gloria. “El mundo está viviendo lo que yo llamo la “revolución de los enanos”. En Inglaterra, por ejemplo, el Leicester, un equipo que no tenía trayectoria ni jugadores de importancia, terminó como campeón de una de las Ligas más competitivas del mundo. Lo que pasó con Islandia en la Eurocopa es otro ejemplo. Hoy en el caso ecuatoriano Independiente del Valle, en la actual Copa Libertadores, algo muy parecido”.


Fuente: Diario Metro Ecuador / De izquierda a derecha. Carlos Garcés, Roberto “La Tuca” Ordoñez y Jhon Chancellor, de rodillas y con las manos apuntando al cielo, celebran el empate 3x3 frente al C.S. Emelec. 

sábado, 27 de mayo de 2017


Al otro lado del río
No es un blog.
No es otra historia por contar.
No es otra música por cantar.
No es por hacerle publicidad a la canción del Uruguayo Jorge Drexler.

Es sólo por compartir.
Es sólo por publicar.
Es sólo por mostrar la canción que tomaré prestada, ahora en adelante, para la darle vida al Intro de mí blog.

Una canción que dice mucho de lo que soy. Que cuenta bastante de lo que he sido.

Buena noche de sábado!


miércoles, 3 de mayo de 2017

Lion_él: Los 500 goles de Messi con el FC Barcelona


Hablar hoy en día de Lionel Messi, es referirse de toda una institución del fútbol moderno. Es describir más que a un simple jugador de fútbol, que de a poco (o, mejor dicho, de a mucho: a punta de goles, triunfos, títulos, records, hazañas, etc.) se ha convertido en todo una leyenda viviente del balompié mundial. Y a la par, en un referente del Barcelona Catalán.

El pasado domingo 23 de abril del presente año, Leo, volvió a ser el centro de las miradas de todos los hinchas, aficionados, comentaristas, relatores, analistas y demás personas que viven y comentan acerca del fútbol a nivel global. El escenario de su nueva hazaña, fue el “mítico” estadio Santiago Bernabéu; y el rival que le tocó esta vez ser el espectador de su nueva “gloria”, fue ni más ni menos, que su rival de barrio, el equipo merengue de la península ibérica, el actual y vigente campeón de la Champions League: El Real Madrid.

El clásico español, estuvo lleno de muchas emociones, desde principio a fin.
En el minuto 28 de la primera etapa; y tras el lanzamiento de un tiro libre, Sergio Ramos remata al arco de Ter Stegen, dejando libre un rebote en el área que fue bien aprovechado por el medio centro brasileño, Casemiro, poniendo así en ventaja al equipo blanco.
Sin embargo; al minuto 33 del primer tiempo, y luego de una presión ofensiva de parte del FC Barcelona, Messi toma la batuta del ataque y tras una pinta a un defensa merengue, este remate de zurda, colocando así la paridad del partido. Lio, no solo ponía la igualdad en el superclásico de España, sino que también empezaba dar firma a lo que sería un nuevo record en su hoja de vida como deportista de elite. Messi, de esta manera, llegaba a su gol 499 con el equipo catalán.
Ya para la segunda etapa; en el minuto 73, el jugador croata del barca, Ivan Rakitic, marca el descuento y pone nuevamente en ventaja al equipo de Luis Enrique.
A pesar de ir en perdiendo; y contando con tan sólo 10 jugadores en el campo de juego por la expulsión de Sergio Ramos en el minuto 77.  El Real Madrid no bajó los brazos, y logró empatar el cotejo, tras un remate inesperado del colombiano James Rodríguez, luego de un centro por la izquierda del lateral Marcelo.
Finalmente; y cuando todo indicaba, que el partido terminaría en empate. Lio, volvió aparecer con toda su “grandeza”, justo en los minutos de descuento. El “astro argentino” volvió a colocar el balón dentro del arco del portero madridista, Keylor Navas. De esta forma. Messi, por un lado sellaba la victoria para el equipo culé, y por el otro, estampaba su botín para la eternidad, con su gol número 500.

De esta manera, el "crack argentino" llegaba a su gol 500 con el Barca. Y de pronto muchos empezaron (por redes sociales) a felicitar al “zurdo de oro”. Y de pronto, jugadores, directivos, hinchas, periodistas, afines o no al equipo español, empezaron a enviarle mensajes de felicitación por su nuevo logro alcanzado. Y de pronto (pocos quizás) recordaron por un momento al joven muchacho que llegaba procedente de las inferiores del Club Atlético Newell's Old Boys de la ciudad de Rosario - Argentina, para después formar parte de las filas de la Masía del Barca. Sí, aquel mismo joven que le apodaban la “pulga” por ser tan pequeño de estatura (dada a una deficiencia hormonal de crecimiento)  que de niño le fue diagnosticado. Pero que sin embargo, y a pesar de todo, no le fue impedimento para llegar a ser un grande en la cancha. Y entonces, la vida le otorgó otro regalo, escribió otra página para él. Le dio don de mover las piernas, tan ágilmente y con tanta clase, que muchos años después, el mundo entero hablaría y aplaudiría sus regates, gambetas, paredes, sombreros, remates, etc.  
Y de pronto, todos los medios empezaron a recordar el  primer gol que anotó con el Barca, aquel que fue dado un 1 de mayo de 2016. Aquel gol que despertó de inmediato, adeptos y seguidores al 10 argentino. Aquel gol de sombrero que lo hizo por la liga española contra el Albacete, donde el Barcelona ganó 2-0 en el Camp Nou. Aquel gol, ese que vino de un pase de otro grande del fútbol, que por aquellos tiempos, era catalogado como el mejor de todos: el recordado Ronaldinho Gaucho.

Sea por dónde se lo vea,  hablar o escribir de Lionel Messi, es referirse a un hombre de records.  Y aunque muchos (sobre todo en la Argentina) le siguen reprochando no poder alcanzar aún grandes logros con la selección Mayor (la renombrada y exigida copa del mundo). Él simplemente no para. Él no se detiene. Él sigue adelante, jugando al fútbol, tan igual como cuando era un joven pibe, lleno de sueños, haciendo lo que más le gusta. Y eso, para quienes disfrutamos de ver, hablar, escribir y comentar de fútbol, es todo un placer.  Porque Messi, tras anotar ese par de goles, llenos de emoción e historia, le enseñó al mundo entero, que él no estaba de vuelta, porque en realidad él nunca se fue.

Dale Lio!
El mundo del fútbol queremos ver más goles!
EL mundo del fútbol queremos seguir siendo parte de tú historia!




domingo, 16 de abril de 2017


16.04.16
Para los que se fueron,
para los que quedamos,
para los que vendrán.



Son las 12:08 am del martes 04 de abril del 2017. Y luego de una larga jornada, todo cansado, pero sin poder dormir, me llega sin previo aviso, a manera de asombro y ansiedad, la necesidad y elección de empezar (retomar el buen hábito) de escribir; éste, un nuevo blog (después de mucho tiempo de no hacerlo). Enseguida me levanto de mí cama, enciendo mí laptop, tomo un pluma, abro una libreta, anoto unas cuantas palabras, y entonces simplemente: empiezo.

El tema en referencia; aquel, que por estas fechas, todos (o casi la gran mayoría) empiezan por evocar, platicar, recordar, hablar, escribir, revivir, y por varias razones (justas y no), algunos hasta maldecir, con el sensación de querer olvidar.  El tema en mención, es ese mismo, el suceso de mayor transcendencia en el Ecuador durante el primer semestre del 2016, aquel que marcó a mí país; tanto en lo anímico, emocional, social, económico, político. Aquel que provocó un nuevo escenario, un antes y un después dentro del inconsciente colectivo de toda una nación. Sí, ese, que ya todos empiezan a dar nombre, que recuerdan con tristeza y nostalgia, que revive momentos de amargas verdades. Sí, el ya conocido: “TERREMOTO DEL 16A”.

El 16 de Abril del 2016, no fue sin duda un día cualquiera, aún y cuando haya empezado y transcurrido como un día tan igual como todos los demás. Aquel segundo sábado de abril, aproximadamente a las 18:58 pm (hora local); se registró un terremoto con magnitud de 7.8 (escala Richter), con epicentro entre las parroquias Pedernales y Cojimíes del cantón Pedernales, en la provincia de Manabí. Según el Instituto Geofísico del Ecuador, el sismo tuvo una duración aproximada de 52 segundos; sin embargo, y para casi todos quienes lo sufrieron en carne propia (incluyéndome en ese selecto grupo), el terremoto de aquel fatídico sábado, duro más de lo señalado. Duró, como duran esas cosas que te marcan y dejan huellas. Duró una larga espera, de aquellas que tienden a vestirse de eternidades. Duró más de lo necesario para quienes tuvimos que vivirlo y experimentarlo. No cabe duda, que duró más de la cuenta.

Y sin embargo, la magnitud de sus resultados, no se llegaría a saber en su totalidad, sino hasta pasado varios días de lo ocurrido. Porque para rematar, el país, o mejor dicho, las principales provincias que se vieron afectadas con este acontecimiento natural, estuvieron aisladas temporalmente, desprovistas sobre todo de servicios básicos. Y como todos sabemos, sin luz, nadie se entera de nada, porque desgraciadamente, la televisión, la radio, el internet, etc. Son medios de comunicación de no funcionan por arte de magia.  

Personalmente; puedo decir, evocando recuerdos que se pasean por mí memoria, como ráfagas de vientos, de esas que golpean y dejan todo alborotado por donde transitan,  que haber vivido el terremoto del 16A, no fue una experiencia para nada agradable. Un día después de la tragedia, tuve que acompañar a mí cuñado a la ciudad de Portoviejo (una de las más afectadas por el sismo) ya que él es oriundo de la capital manabita, y toda su familia radica en ella. Recordando (y a su vez escribiendo lo presente), no puedo dejar de sentir tristeza al ver el centro de la ciudad de los reales tamarindos, toda destruida, toda maltrecha, donde por momentos creía que había ingresado a una ciudad en conflicto bélico, algo parecida a esas que nos muestran los diarios, de aquellas noticias que provienen de medio oriente. Sí, esas donde sobrevivir tan solo un día, ya es más que un regalo y milagro de vida.
De acuerdo a cifras oficiales, emitidas por la Secretaría de Gestión de Riesgos del Ecuador, el terremoto del 16A dejó como resultado lo siguiente:

·         6 provincias afectadas,
·         829 edificaciones afectadas,
·         1,125 edificaciones destruidas,
·         30,000 personas albergadas,
·         6,274 personas heridas,
·         113 personas rescatadas,
·         6 personas desaparecidas,
·         670 pérdidas de vidas humanas.

A Manta, tuve que verla días después, por varios razones. Al sector de Tarquí (lugar donde nací y crecí) no tuve el valor suficiente para adentrarme y ver la realidad de una “zona cero” toda destruida, desprotegida, vacía y callada. Y creo, y como muchos, preferí a esperar varios meses después (casi que un año transcurrido) para finalmente poder observar calles y sectores, que por instantes me eran casi que desconocidos o extraños, a pesar de haber cruzado tantas veces por aquellos lares. Y eso se debe, por entendimiento, que la memoria fotográfica en realidad es sensible a los fuertes cambios, y entonces se ve alterada, cuando lo observado y vivido, deja de ser lo que era, y pasa a convertirse en una nueva imagen. En una proyección opaca, marcada por una nueva capa de bloque y cemento. 

Por otro lado, lo ocurrido tanto en Pedernales, Jama, San Vicente, Sucre, Jaramijó, Montecristi, Chone y Muisne, entre otros sectores que se vieron fuertemente afectados por el terremoto; tuve que observarlos por la televisión, esperando por momentos encontrar una lógica o un sentido a la pregunta que nos hicimos todos por aquello días: ¿Por qué tuvo que pasarnos esto a nosotros?

Ahora, y ya a un año de lo ocurrido, en realidad no me interesa ya dar respuesta aquella interrogante que por esos días no me dejó dormir. Ahora, lo que extraigo como conclusión de lo sucedido, es que este tipo de cosas, suelen pasar (y vayan que pasan a diario), solo que nunca esperamos que nos ocurra, o que nos suceda a nosotros. Porque vivimos tan acelerados y metidos en nuestras propias vidas, que jamás se nos pasa por la cabeza, el hecho que un día cualquiera, la tierra empiece a temblar, tan pero tan fuerte, que no solo promueva el movimiento de nuestras bases físicas, sino que también incite a sacudir nuestras frágiles bases mentales, y hasta cierto punto, también las espirituales. 

Pero saben que, en verdad, ya no deseo seguir, refiriéndome de lo malo que dejó el terremoto del año anterior. Prefiero escribir, pero de aquello que realmente vale la pena. Prefiero hablarles de lo bueno, de lo rescatable, de lo mencionable y recordable. Me quedo con la solidaridad de todo un pueblo, que una vez enterado de la tragedia de sus hermanos, inmediatamente movilizaron contingentes de ayuda, de todo tipo y de toda índole. Me quedo con la entrega y colaboración (desinteresada y llena de valor humano): del amigo, que de forma veloz, socorró al pana que más lo necesitaba. Me quedo con la solidaridad del familiar, que olvidando diferencias y mal entendidos, mostró ayuda al pariente más cercano. Me quedo con el recuerdo del vecino, que no dudó en dar la mano para ayudar a su comunidad. Me quedo con la entrega del bombero, que desde que fue llamado a dar prestación de sus servicios, no descansó (ni siquiera en vigilia) para rescatar y dar los primeros auxilios a las víctimas. Me quedo con el apoyo del taxista, que por aquellos (grises y extraños) primeros días ocurrido el terremoto, salía  a las calles, a colaborar con carreras sin ningún tipo de costo, aun sabiendo que esto le generaría pérdida. Me quedo con el valor del rescatista (tanto nacional como extranjero), que dejando todo a un lado, inclusive su propia familia, y armándose de valor, no bajó la guardia en ayudar y dar su fiel apoyo para rescatar personas entre los escombros. Me quedo con la imagen del hombre, humilde y trabajador, que donó todo lo hecho con la venta de sus empanadas durante un día de labores, para entregarlo como donación en ayuda de los más afectados. 

Y entre todas estas historias de vida, me quedo con una en particular. Con la del hombre valiente (padre, amigo, ex militar y fiel deportista)  Alex Tixilima, que aún estando ya en lecho de muerte, no dejó de alentar y colaborar en ningún momento con aquel grupo de personas con las que desafortudamente le toco compartir espacio entre los escombros del ya desaparecido edifico “Felipe Navarrete” de la ciudad de Manta. Hombre de carácter, que aún perdiendo a toda su familia, en el transcurso de las horas de haberse efectuado el siniestro,  supo dirigir tanto su fuerza física como mental, para seguir dándoles ánimos a quienes pudieron, en días después, poder salir y ser salvados, entre los hierros retorcidos y las columnas caídas. 


Hace no más de un par de meses atrás, y luego de haber iniciado una nueva etapa en mi vida, tuve la oportunidad (por varios días) de escuchar, estudiar, investigar y analizar, acerca de un tema en especial. El título en mención, fue: LA RESILIENCIA.

Aunque con anterioridad, ya había leído y escuchado algo del tema (en realidad de manera superficial), para esta ocasión, todo fue diferente. Esta vez, supe dejar en claro el término de resiliencia, como “la capacidad y condición de adaptación de los individuos para mantenerse sanos, reaccionar o recuperarse de manera positiva, frente a situaciones desfavorables”.

Hago acotación a esto, porque en realidad me parece que esto ha sido lo que ha conllevado a muchos (incluyéndome) a ir superando a través de los días, semanas, y meses, la experiencia de haber vivido y sentido en carne propia la gran fuerza física que genera un terremoto con magnitud 7.8 grados. Ha sido la resiliencia la herramienta de la todos hemos hecho uso durante este largo lapso de tiempo. Aunque personalmente, mis pérdidas, no superaron más que lo material, no pude dejar de ser indiferente ante la tragedia, sobre todo de mis hermanos de la provincia de Manabí y Esmeraldas (principales sectores golpeados por el sismo). Referirse a la muerte, ya provoca incomodidad; ahora el tener que vivirla y encararla como resultado de un siniestro natural, es algo que marca sin duda la vida del familiar o el amigo, que simplemente tiene que ver, como aquella persona querida, con la cual le tocó compartir muchas experiencias, risas, encuentros, viajes, fracasos, abrazos, fiestas, logros, etc. parte de este mundo, de la manera más indiferente, sin ni siquiera poder dejar un mensaje de despedida.

Es cierto lo que dicen, que la vida nos va haciendo fuertes, en justa medida y de acuerdo a las experiencias vividas. Ahora, y luego de todo este proceso, me gusta catalogarme como un sobreviviente mas, porque creo que al igual que todos los que padecimos el terremoto, esa noche, de aquel 16 de abril de 2016.  Corrimos con la misma desgracia; más sin embargo, muchos tuvimos el privilegio de correr con distinta suerte. Porque todos estuvimos expuesto, quizá en un pequeño margen de vulnerabilidad de diferencia. Pero en fin, todos estuvimos más que expuestos, frente a un sismo que inicio normal, como cualquier otro temblor de verano, pero que medida que pasaron los segundos, fue tomando fuerza, como si tratase del desalumbramiento de la rabia contenida de un demonio descarado y sin vergüenza, la cual había estado dormida debajo de la superficie terrestre, por un largo tiempo; pero que simplemente le bastó 52 segundos, para  generar un sinnúmero de reacciones, dejando como saldo, una ola de muerte y destrucción a su paso.

A un año de lo ocurrido, son muchas las cosas que han ido cambiando. De parte del gobierno central, se ha podido dar ayuda a casi toda la población que se vio afectada con el terremoto. Ayudas económicas para nuevos emprendimientos, préstamos bancarios, construcción de complejos habitacionales, reconstrucción de edificaciones afectadas, etc. Han sido varias de las ayudas que se han ido brindado por parte del gobierno central y de los respectivos GAD. Sin embargo, y como lo dijo en una ocasión el señor presidente del Ecuador, Econ. Rafael Correa Delgado, es más que probable que los estragos del terremoto del 16A, se sigan sintiendo por muchos años más. Y es más que entendible este razonamiento, porque sobran ejemplos a lo largo del mundo, sobre todo en naciones que han padecido por situaciones similares, y se ha evidenciado, que por lo general los procesos para una total recuperación, suelen caminar a paso lento.

Pero bueno, lo importante en todo esto, es y será la capacidad (física y psicológica) que tenemos los manabitas y por ende los ecuatorianos, en poder salir siempre delante de situaciones adversos  que nos suela presentar la vida. Como buen creyente que soy de la existencia de un Dios, no creo que lo ocurrido hace un año atrás, haya sido a afecto de la ira de un buen padre celestial, como muchos (fieles confesos) solían decir por aquellos días. Sí, soy un hombre de Fe, pero también me considero un hombre de ciencia, y como tal entiendo y comprendo, que la tierra está estructurada de diferentes cortezas, además de contener un núcleo el cual se encuentra compuesto de hierro mezclado con níquel y pocos rastros de elementos más ligeros (cobre, oxígeno y azufre), rozando con una temperatura  entre 4.000 y 5.000° C aproximadamente.

También entiendo, que los gigantes bloques de roca que forman la corteza de la Tierra se mueven debido a la tectónica de placas, las cuales no se encuentran unidas, y están destinadas a chocar siempre entre sí. Además, sé muy bien, y esto lo se lo debo a mis estudios secundarios en geografía, que el Ecuador se encuentran en el llamado “Anillo de Fuego”, una zona de alta actividad sísmica y volcánica situada en las costas del océano Pacífico, que se extiende a lo largo de más de 40.000 kilómetros. Y que cuando dichas placas tectónicas, mantienen un roce constante, empujándose una con otra, durante un largo tiempo, la presión contenida se ve obligada acumularse, hasta el punto exacto que tiende a liberarse a manera de terremoto. Lo cual fue exactamente lo que ocurrió, la noche del 16A. La liberación de una fuerza física natural, que no esperó más tiempo para ser expulsada.



Así, que esto es algo con lo que se debe aprender a convivir. Con que lo que debemos saber lidiar y afrontar. Todas las grandes civilizaciones la han padecido a través de la historia, nosotros lo hemos padecido, y quienes vendrán lo sufrirán, de igual o en mayor medida, pero ya será tarea de ellos el tener que aprender, a su debido tiempo, enfrentar y proseguir. Sólo que ellos, tendrán una cierta ventaja, la experiencia de nosotros: sus antepasados.
Finalmente, culmino mí presente blog, con un video musical de motivación y esperanza, porque no quiero irme sin seguir dándole ánimos a todo este pueblo. Mi pueblo, el pueblo manabita, valiente y resiliente. El video, una obra compartida entre dos grandes contemporáneos cantautores ecuatorianos: Israel Brito, y el sin igual Francisco “El pancho” Terán.

Porque como dice la introducción del video, esta es: “Una canción de esperanza, porque a veces la luz que necesitamos en nuestras vidas, puede estar dentro de nosotros mismos”.