Resistiré
Sentado sobre este
frío y rústico bloque de madera, el vaivén de las olas se muestra alejado,
extraño, ligero. El gélido viento que se pasea entre los asistentes, golpea y sorprende
a más de uno. De mi parte, agradezco en silencio el hecho de encontrarme abrigado.
Es el tercer miércoles del mes de julio y el tiempo indica que son las 19h10.
El cielo nocturno de
Manta está despejado, a pesar de aquello son pocas las estrellas presentes en
el firmamento. Nuevamente, siguiendo la tónica de los últimos cinco meses, la
playa El Murciélago vuelve hacer el punto de encuentro de propios y extraños.
La causa de mi presencia aquí, observar la última función (película) del
proyecto cultural Cine a orillas del mar.
De repente, logro
reconocer a un hombre de mediana estatura, piel color canela y cabello oscuro, el
cual va acompañado con un micrófono en mano, quien se ubica por delante del
público, diagonal a la pantalla inflable. De inmediato expresa lo siguiente: “Hola,
soy Antonio Cedeño. Agradezco la presencia de todos esta noche. De acuerdo con
la opción ganadora, la película que están por ver a continuación se titula, Átame. Película del cineasta español Pedro
Almodóvar. Además, vuelvo a reiterar mi agradecimiento a la Casa de la Cultura
Núcleo de Manabí y al Municipio de Manta, por el apoyo económico y social
brindado para el desarrollo del presente proyecto. Por último les recuerdo, la
película que está por empezar es una cinta que estuvo nominada en su debido
tiempo a los premios Goya, pero contiene fuertes imágenes explicitas, lo cual
me preocupa un poco porque observo a varios menores de edad sentados sobre la
arena”.
A diferencia del
templado atuendo que cargaba puesto Antonio, el día que le realicé la entrevista
(dos semanas atrás), muy cerca del lugar de donde me encuentro ahora. En está
ocasión lo veo lucir una vestimenta ensombrecida (Jean azul marino, suéter y
zapatos color negro). El motivo de la plática con aquel joven gestor cultural
de raíces chonenses, fue saber cómo nació la idea de proyectar cine de manera
gratuita y al filo del mar.
De aquel interesante dialogo
me enteré que la idea nació a partir de una necesidad de satisfacer la carencia
que se mantiene aún del MAAC Cine, el
cual fue un espacio exclusivo para la proyección de películas independientes (películas
que se realizan al margen de los circuitos comerciales y de producción
habituales), y que funcionó hasta el 29 de diciembre de 2013, en el auditorio
del ex museo del Banco Central del Ecuador de Manta. Esta información la conoce
Antonio a la perfección, dado que él fue administrador del MAAC Cine entre los
años 2011 a 2013.
Dos años después del
cierre del MAAC Cine, con mucha ilusión pero con escaso presupuesto, el
proyecto Cine a orillas del mar se
inaugura por primera vez en Manta el 07 de marzo de 2015. Pero debido a varios
inconvenientes relacionados con logística y costeo de aquella época, sólo tres
películas logran rodarse y exhibirse. Dichas funciones albergaron la presencia
entre 300 y 400 espectadores.
Para este segundo
ciclo, el proyecto de exhibición cinematográfica de Cedeño albergó un total de
15 películas, incluida la de esta noche. Proyecto que empezó a rodarse a partir
del 07 de febrero del presente año. “Extraños en la noche”, cinta argentina
dirigida por Alejandro Montiel, fue la opción elegida para la primera función. Por su parte, “Mejor no hablar (de ciertas
cosas)” e “Instantánea” fueron dos filmes de producción ecuatoriana que también
formaron parte de este nuevo periodo.
Mientras miro el
inicio de la película, y a su vez, voy recordando un poco más la conversación
que mantuve con Antonio, un familiar y agradable aroma a canguil y café recién
preparados llama por un instante mi atención. Las tres personas que se
encuentran dentro de la tienda de playa, ocupados en la comercialización de los
alimentos, son amigos y colaboradores de Antonio. El dinero que se obtiene de
las ventas va destinado a financiar un porcentaje económico de cada función. Otra
fracción del financiamiento ha sido colaboración de la Casa de la Cultura
Núcleo de Manabí Según Antonio, en
promedio son $400.00 el costo total, que ha debido necesitar para proyectar
cada película.
A medida que avanza
el inquietante ritmo de la noche, la trama de la película está más que
sobreentendida a 30 minutos de haber comenzado: Un hombre rebelde y problemático
de nombre Ricky (Antonio Banderas), a quien acaban de darle de alta de un
centro psiquiátrico, va en busca de Marina, la mujer de la que vive obsesionado,
a raíz de una ocasión que se acostó con ella por dinero. El objetivo de Ricky
es secuestrarla ya que está convencido de que cuando ella lo conozca
íntimamente, bajo los efectos del síndrome de Estocolmo, se enamorará
perdidamente de él. Por su parte, Marina (Victoria Abril) es una atractiva actriz que ha tenido que lidiar con
varios problemas para llegar donde está. Problemas vinculados entre un pasado pornográfico
y la dependencia a las drogas.
Si bien hasta el
momento, el desarrollo del controversial argumento ha sido algo fácil de
consumir y asimilar, no es sino hasta la parte del sexo libre y consentido
entre Ricky y Marina, que la película logra captar la atención de todos los
aquí presentes. Por unos cuantos minutos, la atmósfera de este frío y apartado
sitio de la playa, se calienta y adormece con cada gemido y suspiro que emite
Marina. Su pequeño y estilizado cuerpo se muestra tal y cual Dios envió a este
mundo. Sus firmes y delicados pechos se exhiben libres ante las cámaras, entre
diversos planos que entremezclan tanto la elegancia y el placer. El erotismo
que desprenden estos dos amantes es único, artístico, y natural. Una sola
escena basta para evidenciar el gran talento actoral de Banderas y Abril.
Sin embargo, y a
pesar de la ardiente faena sexual, Marina no termina por aceptar la idea de
seguir siendo víctima de un secuestro en su propia casa. Luego, durante una mañana,
Lola, amiga y confidente de Marina, va a visitarla y es así como entera del secuestro.
Sin perder tiempo ayuda a escapar a Marina, antes de que Ricky esté de regreso.
En la última escena
de este filme de género melodramático, Ricky aparece en solitario, parado de
perfil en la terraza de una antigua edificación de la edad media. Mientras
observa de modo pensativo el amplio paisaje de campo, Marina llega de
improviso, y a ambos se les dibuja una sonrisa en sus rostros. Se emocionan, se
abrazan, y se besan. Hablan del amor que sienten el uno por el otro, del querer
estar juntos, del no volver a separarse. Luego de aquello, bajan rápidamente
del castillo, y suben en un pequeño auto donde además espera Lola.
En el transcurso del
recorrido, los tres personajes construyen una amena y privada conversación, mientras
empieza a sonar por la radio del auto la canción Resistiré. Canción del grupo Dúo Dinámico (dúo musical español
formado en 1958). A Ricky le da por
cantar la inspiradora melodía, y esto contagia a sus demás acompañantes. La
alegría vuelve aparecer en escena, y a modo de Carpool Karaoke (segmento del
programa de televisión Norteamericana, The Late Show), la película de 111
minutos de duración, llega a su inevitable fin.
Como ocurriera al
inicio del evento, Antonio Cedeño vuelve a ubicarse frente al público. En un
mensaje final, indica lo siguiente: “De eso mismo trata este proyecto cultural,
de querer seguir luchando y resistiendo. Muchas gracias a todos por haber
creído y apoyado esta iniciativa de querer acercar y dar a conocer el buen cine
independiente a la ciudadanía. Nos vemos, hasta pronto”.
Mientras me retiro y
voy caminando de la mano de mi novia, por la rampa inclusiva de fácil acceso al
mar, que fue construida por el Municipio para personas con capacidades
especiales y adultos mayores, vuelvo agradecer en silencio el hecho que existan
personas como Antonio Cedeño. Un tipo bacán, que sin ser político local, no deja de soñar, resistir, y trabajar por el
bien común y la democratización del arte y la cultural en Manta.
Bien por Antonio.
Bien por el cine. Bien por la cultura.
(Central Media Facco)
(Central Media Facco)