Blog personal del manabita, Fernando Morán B.
Escritos narrativos y de opinión.
Bienvenidos!
lunes, 24 de septiembre de 2018
Vendido
por la Necesidad
A medida que comienzo
a escribir el presente artículo, dentro de mi mente no dejo de pensar en las
letras, palabras, párrafos y oraciones, que nuevamente deberé aplicar
(inventarme), como parte de las estrategias pedagógicas comunicativas
necesarias para el desarrollo de lasactividadesI y J de la semana
11, del curso virtual de capacitación en docencia educativa que por necesidad (falta de dinero),acepté realizar hace más de dos meses
atrás, luego de llegar a un acuerdo económico con dos personas inmersas en el
campo de la EGB (Educación General Básica).
“Usted haga mis tareas
lo mejor posible y súbalas en la fecha indicada” y “Trate al menos de sacar 8
por deber. Si puede obtener un 10, mucho mejor. Sea como sea, lo importante al
final es aprobar el curso”. Fueron dos de las varias sugerencias que me
indicaron las maestras en educación inicial, luego de proponerme la (indecente)
propuesta académica que finalmente terminaría aceptando.
A dos semanas para
que culmine el curso, todavía no me dejo en preguntar ¿Cómo puede haber personas
que le paguen a alguien más para que este le haga sus deberes? ¿Es que acaso no
se dan cuenta del daño personal que se hacen? ¿En manos y consciencia de quien
está la educación de nuestros niños y jóvenes?
La necesidad en querer cubrir nuestras básicas
demandas personales, explicadas en los primeros niveles de la Pirámide de
Maslow, muchas veces nos conduce hacer y/o
aceptar cosas que jamás creímos llegaríamos a realizar. En mi caso, la necesidad de no tener un ingreso económico
fijo y regular, me llevó a venderme. Sólo espero no volver hacerlo. Cada quien
debería ocuparse por hacer sus propias tareas y así formarse profesionalmente de una manera
clara, limpia, y honrada.
viernes, 14 de septiembre de 2018
Abrazando
el sueño americano
Cinco bielas de las
verdes, consumidas por ambos, con el afán de “matar” el calor de la tarde del
pasado martes 31 de julio, mientras conversábamos de todo un poco sentados al
filo del empedrado pavimento, fueron cervezas más que suficientes para darme
cuenta que el buen amigo con el que me encontraba libando, había ya dejado de
ser el inmaduro y juvenil individuo que se había marchado hace ya un par de
años a tierras americanas, en búsqueda de nuevos y mejores días para él y
su familia.
Este Men ya era
otro. Un tipo más maduro y conocedor de la vida. En sus claros y verdes ojos se
refleja la lucidez de un tipo que debió aprender a ganarse el pan de cada día
y plantearse nuevas metas, estando inmerso en un sitio distinto, donde hasta el
aire que respira exhibe la historia y el poderío de una potencia mundial. País,
que por siglos, ha sido el atractivo de muchos ciudadanos del todo el mundo,
deseosos de llegar para ir en búsqueda y conquista del tan renombrado:
“American Dream” (sueño americano).
Asher Rivadeneira
Castillo, ese es el nombre del hombre, pana, tío, brother, de origen ecuatoriano (portovejense de nacimiento), quien lleva más
de 8 años viviendo y camellando (trabajando) en los Estados Unidos (EE.UU.).
Friend (amigo) que conozco hace más de 20 años, desde aquel fuerte invierno
(Fenómeno El Niño) de 1998.
Como suele ocurrir en
muchos casos de familias migrantes, Asher (que en el idioma hebreo significa
Feliz y/o Afortunado) fue el último de su familia en viajar a los EE.UU. La
primera vez que pisó suelo americano fue en marzo de 2010, a la edad de 18
años. Ya en Norteamérica, Bronxville fue la primera parada donde llegó a vivir.
Una villa ubicada en el condado de Westchester, ubicada dentro del estado de
Nueva York.
De inmediato se
familiarizó con las exigencias y el cumplimiento de convivir en una nación capitalista,
altamente productiva y competitiva. En aquel poblado estudió el idioma inglés
por las tardes, en una universidad de la localidad, por un periodo de un año y
medio. Mientras que por las noches, Asher trabajó en un restaurante limpiando
mesas y lavando platos, siendo aquel su primer empleo. A partir de esa primera
experiencia laboral, la cual aprendió a valorar, vinieron varias más en el
transcurso de su estancia en Bronxville.
Al siguiente año, el 03 de enero de 2012, Asher
armaría nuevamente su maleta y se enrumbaría a experimentar una nueva travesía
por el país del Norte. En esa ocasión sería la ciudad de San Francisco, ubicada
en el Estado de California, su segunda parada. El domicilio donde llegaría a vivir lo compartiría
junto con su hermano mayor, Max Rivadeneira, quien fue el primero de la familia
“Rivadeneira - Castillo” en viajar a los EE.UU. a finales de la década de los
90´s.
San Francisco,
considerada por millones de viajeros como una de las más bellas ciudades del
mundo, fue una urbe que le asentó muy bien a Asher. Según sus palabras, “la
ciudad es espectacular, y fue ahí donde comencé a sentirme un ciudadano más en
los EE.UU.”. En la también conocida “Ciudad de las mil perspectivas”, mi pana
Asher vivió y trabajó también como mesero por un lapso de tiempo de un año.
Por asuntos
personales, Asher decide retornar al Ecuador, radicándose en la ciudad de
Portoviejo (Capital de Manabí) hasta finales del 2014. Pero la aparición de una
fuerte hernia a nivel de pelvis y la columna vertebral, lo llevaría nuevamente
a tomar la decisión de viajar a los EE.UU., donde finalmente seria operado en
la ciudad de Tampa (Estado de Florida), por el mes de febrero de 2015.
Después de completar
la rehabilitación física pertinente, Asher encontraría trabajo como auxiliar de
mantenimiento en un complejo de apartamentos. Como ya para entonces sabía comunicarse
a través del idioma inglés, tanto al revés y al derecho, una mejor propuesta de
trabajo lo llevaría a trasladarse hasta Oklahoma City, que es la capital del
estado de Oklahoma.
Uno de los aspectos
más sobresalientes que ha tenido el ser humano, desde los primeros homínidos
aparecidos en el África sub-sahariana hace más de 125.000 años, ha sido su gran
capacidad para trasladarse, asentarse y adaptarse en casi cualquier lugar de la tierra.
Hoy en día, las
migraciones humanas se siguen dando a lo largo y ancho del planeta; sin
embargo, la gran mayoría de ellas son resultados de crisis políticas, económicas,
sociales y/o culturales, que las naciones tienden a sufrir a razón de las erradas
y mezquinas decisiones de sus gobernantes.
Un claro ejemplo es
la crisis migratoria que padece Venezuela, que ha dejado como saldo más de 1.5
millones de venezolanos fuera de su país. Irónicamente, el único país de la
región con las mayores reservas probadas de petróleo (oro negro) del mundo.
Un tema que es de suma
importancia para todo migrante en cualquier parte del globo, es su calidad de
legal o ilegal (indocumentado). Condición que en ciertos casos, tiende a tener
reformas a partir de fuertes y exageradas políticas migratorias, como la
impuesta por el actual gobierno de Donald Trump. Ley antimigratoria que no le
importa separar padres de hijos, y viceversa, provocando una fuerte brecha psicológica
y emocional en quién la vive.
A diferencia de los
muchos emigrantes latinoamericanos que han llegado a los EE.UU. cruzando la
desértica y traicionera frontera de México, Asher lo hizo por medio del pedido
de sus familiares, lo cual le permitió conseguir la residencia americana. Manejar
el idioma y tener los papeles al día, han sido piezas claves para que Asher
pueda estabilizarse y encontrar mejores oportunidades laborales en suelo
“Yanqui”.
Con un actual puesto
como Gerente dentro de una empresa de remodelación de interiores de hogares en
Oklahoma City. El presente y futuro de Asher pinta más que bien a la temprana edad
de 26 años. Si bien entre sus próximos planes está el obtener la nacionalidad
americana y así poder gozar de nuevos privilegios, la idea de regresar y
quedarse en la tierra que lo vio nacer para en conjunto con su actual novia
formar una familia, es un objetivo que alimenta
cada día con mucha pasión y dedicación.
Con un fiel ejemplo,
a base de esfuerzo y sacrificios, Asher Rivadeneira se suma a la larga lista de
ecuatorianos regados por el mundo que han logrado conseguir y abrazar sus sueños,
dejando en alto el nombre del Ecuador. Fiel hincha barcelonista, que desde la lejanía
de las fronteras territoriales continua alentando a su equipo.
Adelante
brother, ésta tu tierra, la tierra de los tres mundos (costa, sierra y
oriente), te estará esperando siempre con los brazos abiertos.
sábado, 28 de julio de 2018
Resistiré
Sentado sobre este
frío y rústico bloque de madera, el vaivén de las olas se muestra alejado,
extraño, ligero. El gélido viento que se pasea entre los asistentes, golpea y sorprende
a más de uno. De mi parte, agradezco en silencio el hecho de encontrarme abrigado.
Es el tercer miércoles del mes de julio y el tiempo indica que son las 19h10.
El cielo nocturno de
Manta está despejado, a pesar de aquello son pocas las estrellas presentes en
el firmamento. Nuevamente, siguiendo la tónica de los últimos cinco meses, la
playa El Murciélago vuelve hacer el punto de encuentro de propios y extraños.
La causa de mi presencia aquí, observar la última función (película) del
proyecto cultural Cine a orillas del mar.
De repente, logro
reconocer a un hombre de mediana estatura, piel color canela y cabello oscuro, el
cual va acompañado con un micrófono en mano, quien se ubica por delante del
público, diagonal a la pantalla inflable. De inmediato expresa lo siguiente: “Hola,
soy Antonio Cedeño. Agradezco la presencia de todos esta noche. De acuerdo con
la opción ganadora, la película que están por ver a continuación se titula, Átame. Película del cineasta español Pedro
Almodóvar. Además, vuelvo a reiterar mi agradecimiento a la Casa de la Cultura
Núcleo de Manabí y al Municipio de Manta, por el apoyo económico y social
brindado para el desarrollo del presente proyecto. Por último les recuerdo, la
película que está por empezar es una cinta que estuvo nominada en su debido
tiempo a los premios Goya, pero contiene fuertes imágenes explicitas, lo cual
me preocupa un poco porque observo a varios menores de edad sentados sobre la
arena”.
A diferencia del
templado atuendo que cargaba puesto Antonio, el día que le realicé la entrevista
(dos semanas atrás), muy cerca del lugar de donde me encuentro ahora. En está
ocasión lo veo lucir una vestimenta ensombrecida (Jean azul marino, suéter y
zapatos color negro). El motivo de la plática con aquel joven gestor cultural
de raíces chonenses, fue saber cómo nació la idea de proyectar cine de manera
gratuita y al filo del mar.
De aquel interesante dialogo
me enteré que la idea nació a partir de una necesidad de satisfacer la carencia
que se mantiene aún del MAAC Cine, el
cual fue un espacio exclusivo para la proyección de películas independientes (películas
que se realizan al margen de los circuitos comerciales y de producción
habituales), y que funcionó hasta el 29 de diciembre de 2013, en el auditorio
del ex museo del Banco Central del Ecuador de Manta. Esta información la conoce
Antonio a la perfección, dado que él fue administrador del MAAC Cine entre los
años 2011 a 2013.
Dos años después del
cierre del MAAC Cine, con mucha ilusión pero con escaso presupuesto, el
proyecto Cine a orillas del mar se
inaugura por primera vez en Manta el 07 de marzo de 2015. Pero debido a varios
inconvenientes relacionados con logística y costeo de aquella época, sólo tres
películas logran rodarse y exhibirse. Dichas funciones albergaron la presencia
entre 300 y 400 espectadores.
Para este segundo
ciclo, el proyecto de exhibición cinematográfica de Cedeño albergó un total de
15 películas, incluida la de esta noche. Proyecto que empezó a rodarse a partir
del 07 de febrero del presente año. “Extraños en la noche”, cinta argentina
dirigida por Alejandro Montiel, fue la opción elegida para la primera función. Por su parte, “Mejor no hablar (de ciertas
cosas)” e “Instantánea” fueron dos filmes de producción ecuatoriana que también
formaron parte de este nuevo periodo.
Mientras miro el
inicio de la película, y a su vez, voy recordando un poco más la conversación
que mantuve con Antonio, un familiar y agradable aroma a canguil y café recién
preparados llama por un instante mi atención. Las tres personas que se
encuentran dentro de la tienda de playa, ocupados en la comercialización de los
alimentos, son amigos y colaboradores de Antonio. El dinero que se obtiene de
las ventas va destinado a financiar un porcentaje económico de cada función. Otra
fracción del financiamiento ha sido colaboración de la Casa de la Cultura
Núcleo de ManabíSegún Antonio, en
promedio son $400.00 el costo total, que ha debido necesitar para proyectar
cada película.
A medida que avanza
el inquietante ritmo de la noche, la trama de la película está más que
sobreentendida a 30 minutos de haber comenzado: Un hombre rebelde y problemático
de nombre Ricky (Antonio Banderas), a quien acaban de darle de alta de un
centro psiquiátrico, va en busca de Marina, la mujer de la que vive obsesionado,
a raíz de una ocasión que se acostó con ella por dinero. El objetivo de Ricky
es secuestrarla ya que está convencido de que cuando ella lo conozca
íntimamente, bajo los efectos del síndrome de Estocolmo, se enamorará
perdidamente de él. Por su parte, Marina (Victoria Abril) es una atractiva actriz que ha tenido que lidiar con
varios problemas para llegar donde está. Problemas vinculados entre un pasado pornográfico
y la dependencia a las drogas.
Si bien hasta el
momento, el desarrollo del controversial argumento ha sido algo fácil de
consumir y asimilar, no es sino hasta la parte del sexo libre y consentido
entre Ricky y Marina, que la película logra captar la atención de todos los
aquí presentes. Por unos cuantos minutos, la atmósfera de este frío y apartado
sitio de la playa, se calienta y adormece con cada gemido y suspiro que emite
Marina. Su pequeño y estilizado cuerpo se muestra tal y cual Dios envió a este
mundo. Sus firmes y delicados pechos se exhiben libres ante las cámaras, entre
diversos planos que entremezclan tanto la elegancia y el placer. El erotismo
que desprenden estos dos amantes es único, artístico, y natural. Una sola
escena basta para evidenciar el gran talento actoral de Banderas y Abril.
Sin embargo, y a
pesar de la ardiente faena sexual, Marina no termina por aceptar la idea de
seguir siendo víctima de un secuestro en su propia casa. Luego, durante una mañana,
Lola, amiga y confidente de Marina, va a visitarla y es así como entera del secuestro.
Sin perder tiempo ayuda a escapar a Marina, antes de que Ricky esté de regreso.
En la última escena
de este filme de género melodramático, Ricky aparece en solitario, parado de
perfil en la terraza de una antigua edificación de la edad media. Mientras
observa de modo pensativo el amplio paisaje de campo, Marina llega de
improviso, y a ambos se les dibuja una sonrisa en sus rostros. Se emocionan, se
abrazan, y se besan. Hablan del amor que sienten el uno por el otro, del querer
estar juntos, del no volver a separarse. Luego de aquello, bajan rápidamente
del castillo, y suben en un pequeño auto donde además espera Lola.
En el transcurso del
recorrido, los tres personajes construyen una amena y privada conversación, mientras
empieza a sonar por la radio del auto la canción Resistiré. Canción del grupo Dúo Dinámico (dúo musical español
formado en 1958). A Ricky le da por
cantar la inspiradora melodía, y esto contagia a sus demás acompañantes. La
alegría vuelve aparecer en escena, y a modo de Carpool Karaoke (segmento del
programa de televisión Norteamericana, The Late Show), la película de 111
minutos de duración, llega a su inevitable fin.
Como ocurriera al
inicio del evento, Antonio Cedeño vuelve a ubicarse frente al público. En un
mensaje final, indica lo siguiente: “De eso mismo trata este proyecto cultural,
de querer seguir luchando y resistiendo. Muchas gracias a todos por haber
creído y apoyado esta iniciativa de querer acercar y dar a conocer el buen cine
independiente a la ciudadanía. Nos vemos, hasta pronto”.
Mientras me retiro y
voy caminando de la mano de mi novia, por la rampa inclusiva de fácil acceso al
mar, que fue construida por el Municipio para personas con capacidades
especiales y adultos mayores, vuelvo agradecer en silencio el hecho que existan
personas como Antonio Cedeño. Un tipo bacán, que sin ser político local, no deja de soñar, resistir, y trabajar por el
bien común y la democratización del arte y la cultural en Manta.
Bien por Antonio.
Bien por el cine. Bien por la cultura. (Central Media Facco)