Vendido
por la Necesidad
A medida que comienzo
a escribir el presente artículo, dentro de mi mente no dejo de pensar en las
letras, palabras, párrafos y oraciones, que nuevamente deberé aplicar
(inventarme), como parte de las estrategias pedagógicas comunicativas
necesarias para el desarrollo de las
actividades I y J de la semana
11, del curso virtual de capacitación en docencia educativa que por necesidad (falta de dinero), acepté realizar hace más de dos meses
atrás, luego de llegar a un acuerdo económico con dos personas inmersas en el
campo de la EGB (Educación General Básica).
“Usted haga mis tareas
lo mejor posible y súbalas en la fecha indicada” y “Trate al menos de sacar 8
por deber. Si puede obtener un 10, mucho mejor. Sea como sea, lo importante al
final es aprobar el curso”. Fueron dos de las varias sugerencias que me
indicaron las maestras en educación inicial, luego de proponerme la (indecente)
propuesta académica que finalmente terminaría aceptando.
A dos semanas para
que culmine el curso, todavía no me dejo en preguntar ¿Cómo puede haber personas
que le paguen a alguien más para que este le haga sus deberes? ¿Es que acaso no
se dan cuenta del daño personal que se hacen? ¿En manos y consciencia de quien
está la educación de nuestros niños y jóvenes?
La necesidad en querer cubrir nuestras básicas
demandas personales, explicadas en los primeros niveles de la Pirámide de
Maslow, muchas veces nos conduce hacer y/o
aceptar cosas que jamás creímos llegaríamos a realizar. En mi caso, la necesidad de no tener un ingreso económico
fijo y regular, me llevó a venderme. Sólo espero no volver hacerlo. Cada quien
debería ocuparse por hacer sus propias tareas y así formarse profesionalmente de una manera
clara, limpia, y honrada.
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