lunes, 24 de septiembre de 2018


Vendido por la Necesidad



A medida que comienzo a escribir el presente artículo, dentro de mi mente no dejo de pensar en las letras, palabras, párrafos y oraciones, que nuevamente deberé aplicar (inventarme), como parte de las estrategias pedagógicas comunicativas necesarias para el desarrollo de las  actividades  I y J de la semana 11, del curso virtual de capacitación en docencia educativa que por necesidad (falta de dinero), acepté realizar hace más de dos meses atrás, luego de llegar a un acuerdo económico con dos personas inmersas en el campo de la  EGB (Educación General Básica).

“Usted haga mis tareas lo mejor posible y súbalas en la fecha indicada” y “Trate al menos de sacar 8 por deber. Si puede obtener un 10, mucho mejor. Sea como sea, lo importante al final es aprobar el curso”. Fueron dos de las varias sugerencias que me indicaron las maestras en educación inicial, luego de proponerme la (indecente) propuesta académica que finalmente terminaría aceptando.

A dos semanas para que culmine el curso, todavía no me dejo en preguntar ¿Cómo puede haber personas que le paguen a alguien más para que este le haga sus deberes? ¿Es que acaso no se dan cuenta del daño personal que se hacen? ¿En manos y consciencia de quien está la educación de nuestros niños y jóvenes?

La necesidad en querer cubrir nuestras básicas demandas personales, explicadas en los primeros niveles de la Pirámide de Maslow, muchas veces  nos conduce hacer y/o aceptar cosas que jamás creímos llegaríamos a realizar. En mi caso, la necesidad de no tener un ingreso económico fijo y regular, me llevó a venderme. Sólo espero no volver hacerlo. Cada quien debería ocuparse por hacer sus propias tareas y así formarse profesionalmente de una manera clara, limpia, y honrada.

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